BARRUNTO DE MI MUERTE
Alfonso Orantes
Errante, sin moverme, en mi desierto
le hallé sin encontrarle.
Su presencia es el propio trasunto de la ausencia
envuelta en las verdades de lo incierto.
Pasa quedando. Cierra y deja abierto.
Es el solo poder de la impotencia y su existir,
la pura inexistencia en la perpetuidad de lo ya muerto.
Vino en mi sin buscarme,
y sin tenerle, la llevo en mí visible y escondida
y estoy viéndole siempre, aunque sin verle,
que en este mi infortunio está mi suerte,
pues llevando mi muerte entre mi vida,
es inmortal la vida de mi muerte.
¿Quién quiere vivir para siempre...?
No hay tiempo para nosotros,
No hay lugar para nosotros,
¿de qué están hechos nuestros sueños, que se nos escapan?
¿de qué están hechos nuestros sueños, que se nos escapan?
¿Quién quiere vivir para siempre?,
¿Quién quiere vivir para siempre...?,
¿Quién quiere vivir para siempre...?,
No tenemos ninguna oportunidad,
todo está decididido para nosotros.
Este mundo solo tiene un dulce momento destinado para nosotros.
¿Quién quiere vivir para siempre?,
¿Quién quiere vivir para siempre,
cuando el amor debe morir?
¿Quién quiere vivir para siempre,
cuando el amor debe morir?
Pero acaricia mis lágrimas con tus manos,
toca mi mundo con la yema de tus dedos,
lo podemos tener para siempre,
y podemos amar para siempre.
¿Quién quiere vivir para siempre?,
¿Quién quiere vivir para siempre...?,
Para siempre es nuestro hoy.
¿Quién quiere vivir para siempre...?,
Para siempre es nuestro hoy.
¿Quién, de todas formas, espera para siempre...?
Queen
El sentimiento frío, oscuro e inquietante de la muerte, es algo presente y constante en mi cuerpo y en mi cabeza. Desde mis primeros recuerdos de vida, desde donde alcanzo a recordar.
Casi todas las noches me medio despierto en algún momento, sintiendo mi respiración y la consciencia de mi cuerpo físico. Es entonces cuando me asalta el pensamiento de que un día estaré muerta, que ya no respiraré nunca más…y que este cuerpo que contiene ahora todo lo que soy, un día, o en cualquier momento dejará de estar vivo, se quedará inmóvil y frío y dejaré de existir.
Si, suena extraño y duro que yo piense en eso tantas veces, más de una vez al día algunas veces…
Pues si, aunque soy muy feliz y todo me da risa. Y cualquier cosa tiene siempre su lado bueno, la idea de mi muerte me acompaña en todo momento en mi vida. Así ha sido siempre y creo que siempre lo será.
Caminando a cierta distancia, pero mirándome. Así lo creo yo. Sin esconderse, sabiendo que la veo, que la miro, sabiendo que yo se que ella está ahí.
A veces se acerca un poco más, sobretodo cuando me despisto, cuando cree que no le hago caso.
En mi vida, a la muerte le gusta llamar la atención. Lo tengo claro. Pero creo que he aprendido a convivir con ella.
Escribir esto, es como decirle valientemente y a la cara: vale guapa, que si, que ya se que tú siempre estás ahí. Pero déjame espacio de momento. Aún respiro ¿sabes?…y necesito aire. Así que si no te importa, sígueme en paralelo, como siempre. Pero no te acerques tanto…a no ser que vayas en serio.
Y solo te pido una cosa…cuando vayas a hacerlo, hazlo rápido y por la espalda…que yo no te vea.
No hay comentarios:
Publicar un comentario