
APAGON ANALOGICO UN POCO ILOGICO…
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¡Nos ha pillado el apagón analógico en la tele de la casa del pueblo!
Que fuerte, la tele...ha muerto en vida a la edad de 17 años, pero a las teles les pasa como con los animales, que 17 años de tele deben representar unos 97 años humanos.
Pero esta tele se mantenía estupendamente. La vida en los pueblos es muy tranquila, sin estrés y esas cosas... pero la desconectaron de lo que la mantenía con vida, el repetidor de Barbastro.
Fue rápido, no sufrió. Los que sufrimos somos los que nos quedamos…
sin tele.
El último día que la vimos, la pobre estaba dando el telediario y fíjate, de la noche al día (…1 de abril), se apagó.
Ya se que todo evoluciona, bueno solo algunas cosas. Normalmente, todos los adelantos pueden convivir durante un tiempo, o incluso toda la vida… o hasta que se extinguen por si solos.
La luz eléctrica con las velas, las Cletas con los gatos, los combustibles fósiles con las energías renovables, la silicona con el sujetador de relleno. Se me hace duro y triste pensar que algo que un día funcionaba, ¡Zas…al día siguiente ya no funciona!
De cualquier manera, quiero pensar que estos días los hemos empleado bien. No me siento en muy buena forma últimamente, temo estar haciéndome vieja sin remedio. Como las teles y los “deuvedeses”. E incluso digo como Mariví… que estoy malita de la mente.
Tengo una obsesión por el pasar del tiempo,“…tempus fujit” me causa mucha ansiedad la sensación de que pasen los días y no haya hecho cosas que quiero hacer.
A lo mejor lo importante es no dejar de tener metas y objetivos, y trabajar en ellos a diario.
También me entristece que con el paso del tiempo perdamos facultades, enfermemos o simplemente dejemos de ser como somos ahora.
De jóvenes que quieren ser viejos y de viejos que quieren ser demasiado jóvenes…
Bueno es si cambiamos al paso de nuestras nuevas metas, pero no por ir a remolque de otros, personas y situaciones.
A veces nos dejamos llevar por las circunstancias, porque resulta menos cansado que pensar o tomar una decisión. O al contrario, arrastrando a otros a nuestro caos personal y haciéndoles sentir viejos e inútiles antes de tiempo... como la tele de la casa del pueblo.
Pues como decía mi abuela Pepa, “…tanto jode lo mucho, como lo poco”.
De mayor quiero ser montañera…
Conozco a uno que últimamente donde más se ansía es en la montaña. Cima, cima, cima y objetivo…llueva, nieve o truene.
Que desde que le ha dado por ser inmortal, está pesadísimo… y esto puede ser eterno, jojojo…
En mi humilde opinión de dominguera avanzada, creo que en todas las circunstancias hay que valorar…y aunque hicimos el esfuerzo de subir al ibón de Toro y no pudimos pasar del collado, vimos uno de los paisajes más sobrecogedores que he visto nunca.
Temperaturas de -5º y sensación térmica de -10 por el fuerte viento, dolinas inundadas de agua y hielo, acumulaciones de nieve enormes en lugares que solo solemos visitar en verano o primavera, con un aspecto bien diferente y una nevada en plena cima del Tozal de guara, que me hizo temblar de frío y de miedo, pero que ahora recuerdo con mucha emoción.
También repetimos la ferrata de Olvena, que hicimos hace ya dos años y tampoco recordaba que fuese tan larga y con tantos pasos aéreos.
Definitivamente, creo que o me estoy haciendo vieja o/y las ferratas no son lo mío, eso sí, me sirven para mantener relativamente controlado el miedo a las alturas y pasar un mal rato… bueno va, un buen rato.
Otra cosa que podría evolucionar ya, es la previsión del tiempo en general…
En todo momento estábamos respaldados por mi hermana Anna, nuestra meteoróloga particular. Ya pronto la fichan en Tele 5, lo digo porque se llevan a todas las guapalistas…
Desde el campo base situado en su habitación calentita, con su portátil conectado a AEMET y METEORED y su teléfono móvil, nos mantenía informados del tiempo como auténticos montañeros.
Pese a eso, sufrimos las inclemencias meteoro-ilógicas, que en las montañas lo son más… en todas y cada una de las excursiones de esta semana de vacaciones.
También ha habido tiempo para descansar, cocinar, estar con la familia y buscar espárragos con mi padre, que va equipado de serie con un detector especial para zonas de difícil acceso.
A él quiero dedicarle esta entrada, porque se merece todas las dedicatorias del mundo y porque de vieja quiero ser como él, pero con el pelo largo.
A él y a todos los que no dejan de hacer lo que les apasiona, aunque tengan motivos y/o excusas para ello.
Quiero seguir yendo al monte y seguir siendo joven por dentro como mi padre, porque las arrugas y otras penas, si pueden convivir con la fuerza, la bondad, la belleza y la paz interior.
En todos los casos, aquí dejo el enlace de las foticos que hemos hecho estos días.
Coll de Toro-Benasque
Ferrata del Santo Cristo-Olvena
Tozal de Guara
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